A través de prácticas de meditación, respiración y observación estudiamos la presencia compartida y sus potencias que tejen la inteligencia relacional del instante presente. Exploramos el universo de los sentidos para escuchar, responder y co-crear mundos.

Nuestra respiración tiene la virtud de apoyar la conciencia en curso de nuestra vida diaria. Mientras vivamos, nos acompaña. Sintonizar con la respiración nos conecta inmediatamente al aquí y al ahora, anclando la conciencia de nuestro cuerpo al proceso básico, rítmico y fluido de la vida.

El movimiento es el lenguaje ancestral que conecta a todos los seres vivos. Abrimos el cuerpo a la biodiversidad de fuerzas y consciencias presentes en el mundo natural y exploramos el potencial relacional de ser humanos. Cuando cambia nuestra organización corporal, cambia también nuestra forma de senti-pensar y nuestro modo de hacer las cosas.

Combinamos el trabajo de la somática y la ecología para desarrollar un sentido de identidad que incluye el campo relacional de la ecología compartida y cosmos vivos. Una práctica de ecosomática es un acto de recuperación, protección y restauración de nuestros recursos naturales para la introspección, la comunicación y la acción.

La ceremonia del té es en muchos sentidos, todo un microcosmos del sentido de omotenashi tradicional japonés o, lo que es lo mismo, cuidar a los invitados con todo corazón. Hay que saber apreciar cada reunión porque se trata de un momento único que nunca se podrá revivir de forma idéntica. Los principios que han de incorporarse a la ceremonia del té: armonía, respeto, pureza y tranquilidad.

Exploramos el ser anfibio y la naturaleza de la consciencia a través de la respiración, la apnea y el movimiento intuitivo en ambientes acuáticos. Aprendemos a hablar los lenguajes del agua y a conversar con la inteligencia de sus cuerpos-mundo.

El movimiento es el lenguaje ancestral que conecta a todos los seres vivos. Abrimos el cuerpo a la biodiversidad de fuerzas y consciencias presentes en el mundo natural y exploramos el potencial vital de la presencia compartida.

El cuerpo es texto, memoria y tejido en la naturaleza cíclica de las estaciones. Los rituales son procesos encuerpados para generar ciclos de cierre, duelo y nuevos comienzos.

Exploramos la comunicación vincular desde la presencia corporal, la respiración y el tacto. Combinamos técnicas tradicionales de masaje tailandés con principios osteopáticos para mejorar la movilidad de las articulaciones, alinear las líneas de energía y mejorar la alineación y la movilidad del cuerpo. Este toque suave pero preciso promueve la relajación, reduce el estrés, revitaliza el cuerpo y libera la tensión muscular. Te sentirás conmovido por un toque fluido, dinámico y zen.